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UN POCO DE HISTORIA...

Hola, soy Coralí Lecca Céspedes, ceramista y fundadora de Coraceramics.
Desde que nací estuve rodeada de arcillas, pigmentos y esmaltes. Mi madre, Sonia Céspedes Rossel, es ceramista desde hace más de 40 años y su taller siempre estuvo dentro de nuestra casa. Pero, al contrario de lo que muchos podrían imaginar, mi interés por la cerámica no nació en la infancia.
Mis primeros amores fueron la música, la fotografía y lo audiovisual.
Estudié ingeniería de sonido, hice una pausa en Psicología durante tres años, y más adelante me enamoré de la edición de video, que ejercí durante más de una década, junto con animación de gráficas. Trabajé en una fundación editando historias de emprendedores —relatos de transformación que, sin saberlo entonces, sembraron en mí muchas semillas que hoy germinan en Coraceramics.
Tras muchos años frente a la computadora, sentía una necesidad muy fuerte de hacer algo con mis manos. Fantaseaba con tener una cafetería, hacer pan, vivir una vida más artesanal… pero nunca imaginé que la cerámica sería el camino que estaba esperándome.
En 2014, después de vivir un año en Nueva York, regresé a Lima. Mi madre me pidió ayudarla en su tienda de cerámica durante una feria de diseño mientras yo me reinsertaba en el mundo laboral. Acepté feliz. Y mientras aprendía sobre su proceso creativo, algo se encendió dentro de mí.
Poco después le pedí ser su alumna, y ella me recibió con los brazos abiertos.
Cuanto más aprendía, más me emocionaba. Descubrí no solo un nuevo lenguaje, sino una forma de estar presente, de reconectar conmigo misma y con mi creatividad. Fue así como nació el Instagram de @coraceramics: una bitácora llamada “Aventuras de una aprendiz de la cerámica”, donde compartía con alegría cada descubrimiento.
A medida que profundizaba en el oficio, pasé a formar parte del equipo de producción del taller de mi madre, mientras también iba creando mis propias piezas como Coraceramics. Un día, una amiga que estaba abriendo una tienda de plantas me pidió que llevara mis macetas… ¡y las vendí! Ese fue el inicio de esta aventura: un camino de gratitud, crecimiento y aprendizaje constante.
Tiempo después, me independicé, formé un equipo que hoy siento como familia, y abrí mi propio taller. Aprendí a liderar un emprendimiento desde cero, con todo lo que eso implica, y a construir, día a día, este sueño que hoy se llama Coraceramics.
La cerámica fue, para mí, un refugio y una revelación. Me conectó con mi voz interior, con mi libertad creativa y con la posibilidad de encontrar sentido en lo que soy.
Por eso hoy sostengo este espacio: para que otras personas también se reconecten con su poder de crear, se liberen de estigmas, se empoderen y se descubran capaces.
¿Quién imaginaría todo lo que se abriría al poner mis manos sobre la arcilla? Hoy sé que este es, sin duda, el camino de mi vida.
Coraceramics nace del amor a la cerámica, a la familia y a la fascinación por transformar el barro en piezas que nos acompañen con belleza y significado.
— Coralí Lecca Céspedes

Nuestra misión es crear piezas hechas a mano que alberguen un gran significado para nuestros clientes a lo largo del tiempo. Así mismo, despertar y compartir el amor por la creación a través de los talleres de cerámica.
Nuestros valores son la empatía, respeto, integridad y la excelencia.